El Gran Maestro Quentin Tarantino presentó su tan esperada película Inglorious Basterds en el festival de Cannes 2009, tuvimos que esperar casi 6 meses para verla en Bolivia y valió totalmente la pena.
Este spaguetti western al buen estilo Tarantino, está ambientado en la Francia ocupada por los nazis, es brillante en todo sentido, como siempre con una muy bien cuidada fotografía y la puesta en escena impecable demuestran la dedicación que le pone el director en cada uno de los detalles, desde la música - fundamental en sus películas - te haces de la idea de que no sabes lo sucederá en la siguiente escena.
Aunque Brad Pitt sea la estrella más reconocida dentro del filme, es el "cazador de judíos", que se considera simplemente un detective pagado por los Nazis, interpretado por Christoph Waltz, el que realmente brilla, eso se debe en parte al papel tan oscuro y perfectamente malvado que se le da dentro de la trama, es básicamente lo que podría denominar un hijoe'puta.
La venganza será uno de los recurrentes del director. Los basterds, todos judíos, tienen solo un objetivo, matar nazis, cuentan con un líder, Aldo Raine (Brad Pitt) que les exigirá pruebas de estar haciendo su trabajo, es así que llevan un conteo muy interesante de todos los nazis que mataron a lo largo de su presencia en europa, puede ser un poco shockeante para el que no tenga experiencia en las pelis de Quentin.
La idea de dividir la película en cinco capítulos, estilo que ya utilizó en Kill Bill, me parece muy interesante para unir algunas fichas a lo largo de la película además de estructurar y dar solidez a la misma. El primer capítulo es en el que se juega mucho con los planos y la musicalización, puede parecer el más lento de todos, pero es por la profundidad del tema, es el coronel Landa, intepretado por Waltz, el que sostiene todo el capítulo, con sus cambios de tono de voz y la seguridad del personaje, ya los cuatro capítulos siguientes se los siente mucho más rapidos y con dialogos que pueden llegar a ser tan estresantes como hilarantes en algunos momentos.
La heroína -o si prefieren antiheroína- Shoshanna (Melanie Laurent) será la que le dará el toque macabro en el cual se siente lo mucho que se divirtió el guionista y director al escribirlo, es otro de los personajes que tendrá un especial interés de venganza contra los nazis, y será la que marque le GRAN FINALE.
Resulta al final una de esas películas que valen mucho la pena, de las mejores del año, con sus dos nominaciones al golden globe bien merecidas, aunque considero que deberían haber sido más. Definitivamente a Tarantino mucho no se le puede reprochar, es de los pocos privilegiados que podrá entrar al cielo de los grandes genios del cine, sus películas se lo permiten.
