Ando medio desubicada ultimamente, nada de lo que escribo me gusta, razón por la cual dejo un In Memoriam escrito por mi primo en puño y letra
léanlo y Salud!
:: Juan Pedro Debreczeni A.
dibujo de víctor hugo viscarra
El 24 de mayo del año pasado, a los 48 años y después de haber vivido casi 35 en la calle, el Viscarrita se nos fue a hacerle compañía a Don Sata. Digo Don Sata, porque como el mismo Victor Hugo decía, Dios no estaba listo para recibirlo, Dios tenía muchas cosas que explicarle acerca de la azarosa vida que le tocó transitar. Seguramente debe estar ahí, en ese habitad de fuego y azufre que de alguna manera debe aliviarlo, calentando el recuerdo de sus tantas noches de frío extremo en los rincones más oscuros y helados de la urbe paceña. Donde el Víctor Hugo, junto a sus hermanos del hampa, compañeros incondicionales, bebían alcohol de 99º, enfrentando el frío en una borrachera de largo aliento, épica y mortal.Pero el Viscarra no caía en la lástima o la queja por su condición, no. La vida le jugó muchas trastadas. Nació viejo, no niño y caminando, caminando se hizo escritor, pero no cualquier escritor, sino uno del margen, fuera de los parámetros y perfiles establecidos. No necesitó pasar por la academia, su sinceridad fue suficiente. Sus textos son confesiones transparentes, donde lo patético y grotesco formó parte de su diario vivir; amigo del clefero, compañero del que chupa hasta morir, ayudante del aparapita y confidente de la prostituta. Eterno inquilino de los avernos creados por una sociedad injusta y decadente. Sin embargo, a pesar de que el Víctor Hugo fue habitante de mundos inimaginables y violentos, no dejó que la ternura de su atormentada alma sea invadida y corroída por la maldad de su entorno. Él podía amar, qué o a quién, eso sólo él lo sabe y así es mejor. Se nos fue el Víctor Hugo y nos dejó en media farra. Ahora estamos k'asas, pero nos quedan sus cinco libritos publicados: "Coba, lenguaje secreto del hampa Boliviano" (1981), "Relatos del Víctor Hugo" (1996), "Alcoholathum y otros drinks" (2001), "Borracho estaba, pero me acuerdo" (2002, libro también editado por la editorial española Mono Azul) y "Avisos Necrológicos" (2005), todos ellos el legado que se constituye en un testimonio de su paso por una etapa que solemos llamar vida, pero que, en su caso... Tocando el tema de su obra, recuerdo que mucho se discutió acerca del tipo de producción que hacia Viscarra; que si era literatura, o simplemente una serie de perturbadores testimonios de borracheras. Como sea, más allá de cualquier adjetivación retórica, creo que el aporte de Víctor Hugo Viscarra a la literatura Boliviana es innegable. Claro que hay importantes referentes en el ámbito que hace a la obra de Viscarra, como Arturo Borda y Jaime Saenz que desde sus respectivos contextos y épocas, fueron pioneros en tocar la temática de la marginalidad, no obstante, la construcción y estilo narrativo diferencian a Víctor Hugo de los otros dos. Hay que considerar que si bien Borda y Saenz, fueron visitantes erráticos de la vida marginal, Viscarra, fue un habitante permanente de esta realidad, recalcando que no fue por elección propia, sino que diversas situaciones lo empujaron a la calle y hacer de ella su todo y su nada. En sus textos está la presencia de personajes que son de carne y hueso. Gente de la que nunca se hubiera sabido nada, porque es gente que para la mayoría no cuenta ni como números, pero que a pesar de todo tienen la picardía para reírse de sus desgracias, la pendejez de sobrevivir en espacios hostiles y... qué remedio, al final sólo les queda chupar para olvidar y acabar con todo. La literatura de Víctor Hugo es fiel a la brutalidad de su entorno, una brutalidad que se da a cada minuto en los suburbios de nuestras ciudades. Son historias de personas que viven realidades que preferimos no mirar, pero que sin embargo, están ahí latentes. Lo que hace la obra de Víctor Hugo es escupir por todos ellos, gritar por todos ellos. En las calles desviamos la mirada de los alcohólicos e indigentes, nos dan asco, pero con los relatos de Viscarra, pasa otra cosa. Sus letras consiguen un acercamiento entre dos realidades totalmente análogas, que de otra manera no podría darse. Entonces cómo no valorar su letra, si se trata de un registro veraz que denota algo que está mal, pero no en forma de denuncia. Es en todo caso, una crónica rojo-oscura de la cual cada lector puede sacar sus conclusiones. Es por eso que más allá de toda pose, Víctor Hugo Viscarra escribió tal como vivió y punto.En fin, lo bueno es saber que no son pocos los que este jueves se acordaran del Viscarrita a un año de su partida. En La Paz un grupo de compañeros se pusieron de acuerdo para amollar unas platitas que sirvan para mandar a hacer una lapida y tramitar la perpetuidad de sus restos en el cementerio. La tarde del 24 habrá una romería en su tumba, seguida de una reunión en un bolichito para tomarse unos tragos en su nombre, además de ver un video sobre él. La Editorial Pirotecnia está convocando a amigos, escritores, lectores, y demás deudos a sumarse al texto colectivo denominado: "Borrachos estamos pero nos acordamos.... del Víctor Hugo". Comentan que se trata de un volumen de recuerdos, anécdotas, homenajes, dibujos, comics, críticas, etc. Y aquí, los otros, los que estamos lejos, y no podremos estar presentes en los homenajes al pie de su tumba, seguramente serviremos una copa para él, encenderemos una vela y brindaremos a su salud que, junto a la lectura de sus letras, es una buena forma de honrar su muerte.Me quedo con un texto del Víctor Hugo que da pie a su libro Alcoholathum y otros drinks, que en pocas líneas define mucho de lo que vivió y escribió. Barrio marginal de una cuidad cualquiera.Lugar geográfico que no figura en guías turísticos ni planos urbanísticos.Escenario de tragedias, incestos, asesinatos y reyertas. Caldo de cultivo social apetecido por estudiantes y universitarios que lo visitan esporádicamente para luego especular en sus trabajos prácticos e investigaciones. Refugio de humildes emigrados del campo, prostitutas, delincuentes y mendigos.Calles sinuosas y eternamente polvorientas, transitadas por marginados, los niños, las enfermedades y la muerte. Permanente foco de infección y degeneración social, atiborrado de basurales en los cuales los menesterosos y los animales se disputan algún desperdicio que les sirva de alimento.Barrio marginal donde los puestos de venta de productos alimenticios son mínimos en relación con las cantinas, chicherías y antros de mala muerte. Muchachitas de diez o doce años de edad que no saben lo que es la prostitución pero que la practican desde hace tiempo, recibiendo, a cambio de sus esfuerzos de abrir las piernas, un plato de comida, algunos billetes devaluados o una golpiza.Lugar preferido por politiqueros y aprendices de dirigentes que a regañadientes van por allí a ganar votantes ofreciendo el cielo materializado en la tierra, mientras a cada momento perfuman sus narices debido al olor nauseabundo de la pobreza.Eterno "agosto" para especuladores, agiotistas y charlatanes; campo de entrenamiento para las fuerzas del orden. En fin, barrio marginal en el que vivimos yo y los míos.

:: Juan Pedro Debreczeni A.
dibujo de víctor hugo viscarra
El 24 de mayo del año pasado, a los 48 años y después de haber vivido casi 35 en la calle, el Viscarrita se nos fue a hacerle compañía a Don Sata. Digo Don Sata, porque como el mismo Victor Hugo decía, Dios no estaba listo para recibirlo, Dios tenía muchas cosas que explicarle acerca de la azarosa vida que le tocó transitar. Seguramente debe estar ahí, en ese habitad de fuego y azufre que de alguna manera debe aliviarlo, calentando el recuerdo de sus tantas noches de frío extremo en los rincones más oscuros y helados de la urbe paceña. Donde el Víctor Hugo, junto a sus hermanos del hampa, compañeros incondicionales, bebían alcohol de 99º, enfrentando el frío en una borrachera de largo aliento, épica y mortal.Pero el Viscarra no caía en la lástima o la queja por su condición, no. La vida le jugó muchas trastadas. Nació viejo, no niño y caminando, caminando se hizo escritor, pero no cualquier escritor, sino uno del margen, fuera de los parámetros y perfiles establecidos. No necesitó pasar por la academia, su sinceridad fue suficiente. Sus textos son confesiones transparentes, donde lo patético y grotesco formó parte de su diario vivir; amigo del clefero, compañero del que chupa hasta morir, ayudante del aparapita y confidente de la prostituta. Eterno inquilino de los avernos creados por una sociedad injusta y decadente. Sin embargo, a pesar de que el Víctor Hugo fue habitante de mundos inimaginables y violentos, no dejó que la ternura de su atormentada alma sea invadida y corroída por la maldad de su entorno. Él podía amar, qué o a quién, eso sólo él lo sabe y así es mejor. Se nos fue el Víctor Hugo y nos dejó en media farra. Ahora estamos k'asas, pero nos quedan sus cinco libritos publicados: "Coba, lenguaje secreto del hampa Boliviano" (1981), "Relatos del Víctor Hugo" (1996), "Alcoholathum y otros drinks" (2001), "Borracho estaba, pero me acuerdo" (2002, libro también editado por la editorial española Mono Azul) y "Avisos Necrológicos" (2005), todos ellos el legado que se constituye en un testimonio de su paso por una etapa que solemos llamar vida, pero que, en su caso... Tocando el tema de su obra, recuerdo que mucho se discutió acerca del tipo de producción que hacia Viscarra; que si era literatura, o simplemente una serie de perturbadores testimonios de borracheras. Como sea, más allá de cualquier adjetivación retórica, creo que el aporte de Víctor Hugo Viscarra a la literatura Boliviana es innegable. Claro que hay importantes referentes en el ámbito que hace a la obra de Viscarra, como Arturo Borda y Jaime Saenz que desde sus respectivos contextos y épocas, fueron pioneros en tocar la temática de la marginalidad, no obstante, la construcción y estilo narrativo diferencian a Víctor Hugo de los otros dos. Hay que considerar que si bien Borda y Saenz, fueron visitantes erráticos de la vida marginal, Viscarra, fue un habitante permanente de esta realidad, recalcando que no fue por elección propia, sino que diversas situaciones lo empujaron a la calle y hacer de ella su todo y su nada. En sus textos está la presencia de personajes que son de carne y hueso. Gente de la que nunca se hubiera sabido nada, porque es gente que para la mayoría no cuenta ni como números, pero que a pesar de todo tienen la picardía para reírse de sus desgracias, la pendejez de sobrevivir en espacios hostiles y... qué remedio, al final sólo les queda chupar para olvidar y acabar con todo. La literatura de Víctor Hugo es fiel a la brutalidad de su entorno, una brutalidad que se da a cada minuto en los suburbios de nuestras ciudades. Son historias de personas que viven realidades que preferimos no mirar, pero que sin embargo, están ahí latentes. Lo que hace la obra de Víctor Hugo es escupir por todos ellos, gritar por todos ellos. En las calles desviamos la mirada de los alcohólicos e indigentes, nos dan asco, pero con los relatos de Viscarra, pasa otra cosa. Sus letras consiguen un acercamiento entre dos realidades totalmente análogas, que de otra manera no podría darse. Entonces cómo no valorar su letra, si se trata de un registro veraz que denota algo que está mal, pero no en forma de denuncia. Es en todo caso, una crónica rojo-oscura de la cual cada lector puede sacar sus conclusiones. Es por eso que más allá de toda pose, Víctor Hugo Viscarra escribió tal como vivió y punto.En fin, lo bueno es saber que no son pocos los que este jueves se acordaran del Viscarrita a un año de su partida. En La Paz un grupo de compañeros se pusieron de acuerdo para amollar unas platitas que sirvan para mandar a hacer una lapida y tramitar la perpetuidad de sus restos en el cementerio. La tarde del 24 habrá una romería en su tumba, seguida de una reunión en un bolichito para tomarse unos tragos en su nombre, además de ver un video sobre él. La Editorial Pirotecnia está convocando a amigos, escritores, lectores, y demás deudos a sumarse al texto colectivo denominado: "Borrachos estamos pero nos acordamos.... del Víctor Hugo". Comentan que se trata de un volumen de recuerdos, anécdotas, homenajes, dibujos, comics, críticas, etc. Y aquí, los otros, los que estamos lejos, y no podremos estar presentes en los homenajes al pie de su tumba, seguramente serviremos una copa para él, encenderemos una vela y brindaremos a su salud que, junto a la lectura de sus letras, es una buena forma de honrar su muerte.Me quedo con un texto del Víctor Hugo que da pie a su libro Alcoholathum y otros drinks, que en pocas líneas define mucho de lo que vivió y escribió. Barrio marginal de una cuidad cualquiera.Lugar geográfico que no figura en guías turísticos ni planos urbanísticos.Escenario de tragedias, incestos, asesinatos y reyertas. Caldo de cultivo social apetecido por estudiantes y universitarios que lo visitan esporádicamente para luego especular en sus trabajos prácticos e investigaciones. Refugio de humildes emigrados del campo, prostitutas, delincuentes y mendigos.Calles sinuosas y eternamente polvorientas, transitadas por marginados, los niños, las enfermedades y la muerte. Permanente foco de infección y degeneración social, atiborrado de basurales en los cuales los menesterosos y los animales se disputan algún desperdicio que les sirva de alimento.Barrio marginal donde los puestos de venta de productos alimenticios son mínimos en relación con las cantinas, chicherías y antros de mala muerte. Muchachitas de diez o doce años de edad que no saben lo que es la prostitución pero que la practican desde hace tiempo, recibiendo, a cambio de sus esfuerzos de abrir las piernas, un plato de comida, algunos billetes devaluados o una golpiza.Lugar preferido por politiqueros y aprendices de dirigentes que a regañadientes van por allí a ganar votantes ofreciendo el cielo materializado en la tierra, mientras a cada momento perfuman sus narices debido al olor nauseabundo de la pobreza.Eterno "agosto" para especuladores, agiotistas y charlatanes; campo de entrenamiento para las fuerzas del orden. En fin, barrio marginal en el que vivimos yo y los míos.