jueves, marzo 08, 2007

LA LUZ Y LA FUERZA

El 20 de septiembre de 1956 a las 4 pm en Sucre sucedió algo que cambió su vida para siempre, sólo tenía 19 años y ya tenía que ayudar en la casa, por eso dos años antes había venido a la ciudad de La Paz a la escuela de artes y oficios "Pedro Domingo Murillo", a estudiar algo relacionado con la electricidad.

Fue un día normal, habían recibido un reclamo en la planta Diesel respecto a un poste que estaba haciendo corte en la esquina de las calles La Paz y Bolívar, entonces su jefe le dijo: "Ricardo, hijo anda a ver que esta pasando, debe ser simple el asunto, no te olvides tus guantes".

Llegó al lugar indicado, "es la esquina sin acera" dice él y sin más preocupación se prepara para subir al poste, empieza a trepar; hace mucho que habia perdido el temor a las alturas, "es por la familia" a 2 metros de suelo, "es por un futuro mejor"5 metros, "sólo es un poste" 8 metros... Él cerró los ojos y sintió el suelo vio el poste a un lado y luego volvió a quedar inconciente.

Los médicos lo desahuciaron, su familia ya estaba preparada, un último intento, la columna estaba destrozada, y una fractura craneal, en el área parietal-temporal-occipital izquiera, tenía que ser reconstruido, se realizo una operación en la que colocaron una primera placa de titanio, pero resulto ser muy chica, esperaron un mes y otra operación, esta vez la placa era del tamaño perfecto, sin ningún problema, "El doctor cosía su piel cada como si estuviera bordando un mantel" dijo el estudiante de medicina Alcócer.

Un mes en cama, luego se convirtió en un año, su compañero de cuarto se convirtio en su mejor amigo: René, la única manera de distracción era la música, Ricardo tenía una radio que se había comprado con su primer sueldo, esa fue su compañera, escuchaban radio Berlín, BBC de londres, radio internacional de Buenos aires, todo lo que se podía, musica clásica. Mozart, Bach, Beethoven, Haydn, sus únicos compañeros incondicionales.

Claro que recibía visitas, él era un muchacho muy simpático, ojos verdes, cabello ondulado y rubio como el sol, de muy buen tamaño; muchas admiradoras. Su familia iba diario, si mamá dejando todas sus labores en la casa, sus hermanas, primos, sobrinos, tíos, todos.

Perdió las ganas de casi todo, ni siquiera quería terminar el último año de colegio, ni tampoco tenía pensado entrar a la universidad, "Que pena" decían sus antiguos profesores, "Él que siempre tuvo diplomas por excelencia".

Ya dos años, en el mismo cuarto de hospital, con las mismas paredes, la misma radio, pero ya sin compañero, él ya había salido y se encontraba en Cochabamba.

Una mañana entró una de las monjitas que lo antendían con una carta de su amigo Pinky, había ido a trabajar con una empresa norteamericana a Santa Cruz, en la carta le mencionaba que había ido a preguntar a cuanto estaban las tierras, para realizar su sueño de juventud, tener tierras y trabajarlas, ellos dos, como siempre, un sueño que se encontraba "cada vez mas cerca" en las palabras de Pinky. Ricardo respondió la carta todo emocionado, imaginando ya como sería vivir en el campo y trabajar las tierras, pero luego se acordaba de la inmovilidad de la mitad inferior de su cuerpo... ¿cómo lograrlo? ¿y la familia, las obligaciones?, no! eso solo podía quedarse así como un sueño.


Tres años, los médicos dijeron que ya podía salir del hospital y que si iba a poder caminar, pero siempre con ayuda, su hermana mayor lo animó a terminar el colegio y luego entrar a la universidad, él soñaba con estudiar historia o tal vez algo relacionado con música, y así fueron, sueños nada más, la familia? el futuro? entró a la facultad de Ciencias Económicas y financieras, "siempre fui bueno en los números", se decía en tono conformista, salió de la universidad y varios viajes al exterior para ver si su columna tenía solución, nunca se logró nada.

Siguió subiendo de cargos en su trabajo, asistente de jefe de personal, jefe de personal, director, gerente técnico, eso ya fue en 1982, conoció a Teresa en una fiesta de matrimonio de una de sus sobrinas, él no tenía pensado ir, pero luego en la fiesta no se arrepintió, al día siguiente la invitó a salir, ella aceptó.

Era la cuñada de su excompañero de colegio y vecino de toda la vida, eso le pareció más interesante, "todo pasa por algo" dijo.

Al mes de conocerse él le pregunto si quería ir a vivir juntos, y así vió luz en su vida otra vez, al año siguiente nació su primer hijo, Ricardo como él, a los 15 días se casaron y después de un año y unos meses el segundo y luego la tercera, yo. Para 1993 ya tenía logros importantes en su vida, 37 años de servicio en CESSA (cooperativa electrica sucre Sociedad anónima), un cargo de gerente administrativo , algunas propiedades hechas y construidas con su esfuerzo y nada másy una familia que quiere y que lo quiere. En 1994 acepta una invitación para ser Oficial Mayor Administrativo en la Alcaldía en Sucre, por malo manejos decide renunciar y desde ese año que disfruta de su jubilación.

Esa es la historia de mi papá, su luz y su fuerza.... el año pasado se cumplieron 40 años desde su accidente, 20 años de ser mi papá y 69 de su vida.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra mucjo que tu viejo siga contigo y que lo quieras tanto, no te digo más por que te acabo de ver, jejejejeje.
Oscar

La Vero Vero dijo...

Oh amiguis! tanto te quiero, es tan lindo saber querer así, los viejitos son lo máximo. Una vez más me identifico contigo en estas cosas realmente importantes. Aunque aún no te perdono el no haberme llamdo el viernes o el haberte escapado el sábado jejeje, besos.

Anónimo dijo...

Claritss!! que lindo enserio me encanto lo que escribiste de tu papa, se nota todo su tezon de lucha en la vida!! =O esta hecho de acero puro!!! que bueno que es tu papa.. pues mucho de el te enseñara a ti, de tal palo tal astilla dicen....

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